martes, 24 de julio de 2007

SIGO SIN BEBER

Ha pasado el tiempo...y no he vuelto a tomar ni una sola gota de alcohol.
En estas semanas he podido comprobar que mi adicción o mi necesidad era más una dependencia psicológica que física.
Reuniones con amigos, cenas fuera de casa donde la única que se bebía la botella de agua era yo; el resto del personal se iba animando con el vino y las copas.
Es una sensación extraña porque notas como los demás se van desinhibiendo, van cogiendo ese "puntito" de alegría que en circunstancias normales no tienen mientras que yo aprendo a disfrutar, a reirme, a pasarlo bién sin necesidad de ingerir alcohol.
La primera cena social que hice fué tremendamente aburrida porque me sentía desplazada, como si aquello no fuera conmigo. Esta última vez, me reí a carcajadas...embriagada por
una sensación placentera...y descubrí que para disfrutar de la vida sólo hacen falta ganas de vivir.

sábado, 9 de junio de 2007

La adicción no depende de la cantidad

Durante mucho tiempo he estado autoengañándome sobre mi dependecia con el alcohol.
La verdad es que no bebo grandes cantidades, ni me levanto por las mañanas con la necesidad de beber.Bien es cierto que últimamente en vez de tomarme dos cervezas todas las noches al llegar del trabajo, me bebía cuatro. Y que esa cantidad se incrementaba cuando comenzaba el fin de semana.
¡Qué ilusa!
Un día hojeando un periódico, leí en la contraportada una entrevista que le hacían, si mal no recuerdo, al presidente de una Asociación de Alcohólicos.
Recuerdo más o menos sus palabras: "No importa la cantidad de alcohol que se ingiera; aunque sea pequeña, sino la incapacidad de la persona para decidir no hacerlo.
Yo no se si soy alcohólica o no. Por lo que he leido, las personas que lo son tienen sindrome de abstinecia, se levantan por las mañanas con temblores, necesitan beber.
No es mi caso, pero esta claro, que de seguir bebiendo, si lo será.

Cambiar Hábitos

Con el firme propósito de no volver a beber alcohol, he iniciado un cambio en alguno de mis hábitos diarios.
Esta tarde no he pasado por la tienda de "los chinos" para comprar latas de cerveza fresca.
Me he ido al "CI" y he adquirido una bonita y práctica licuadora. Después he bajado a la planta del supermercado para llenar la cesta de hmmmm...rica rica fruta.
El otro día me compre una de esas jarras de doble cristal en cuyo interior hay un líquido refrigerante; las metes al congelador y luego mantienen fresca la bebida....ya imaginareis para que la usaba.
Me ha venido bien tenerla y espero coger un buen puntito con tantas vitaminas.

Mi Adicción

Desde cría he tenido el impulso de beber alcohol.
Recuerdo las Navidades, la cena de Nochebuena, la botella de cava y la tontería de una niña de 8 o 9 años que le da un sorbito a la copa, descubre que le gusta y....... así comenzó todo.
Después, en la adolescencia, cuando empezé a frecuentar las discotecas (y no me pedían el DNI porque aparentaba más edad de la que tenía) me tomaba zumos de piña con mis amigas, aunque pronto los cambié por wiskies con hielo, cervezas y todo tipo de bebida que tuviera graduación alcohólica.
Y es que, a mí lo que me gustaba es ese puntito de euforia, de desinhibición, de alegría que me proporcionaban esas copas y que ahora, con el pasar del tiempo, me doy cuenta de todo el daño que me estan haciendo.
Entonces y durante mucho tiempo, sólo bebía los fines de semana.
Desde hace unos cuatro años lo hago todos los días. Unas tres o cuatro latas de cerveza diarias entre semana.....pero cuando llega el viernes, la cifra se dispara.
Después viene la resaca, los dolores de estómago y los remordimientos de conciencia.
Hoy comienzo este blog, esta especie de diario como una forma de autoayuda....para dejar el alcohol.
Si tiene una continuidad significará que no he vuelto a beber. Si no es así, habré fracasado en el intento.

 
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